Etapa reina de la ruta ciclo
turista por “Las Alpujarras “.
Tras una noche, que nos creaba bastantes expectativas, pues nos
íbamos a la cama con un cielo donde resplandecían relámpagos en el horizonte y
un poco más tarde, ya metidos en los sacos de dormir, escuchábamos un replique
de lluvia que en ocasiones era de gran intensidad, amanecía con unos pocos
charcos y el cielo prácticamente limpio de nubes.
En pie a las 7:15, desayuno grupal en el camping, junto a
nuestro vehículo de apoyo de nuestro compañero José Luis. Pasados unos minutos
de las ocho, comenzamos con fresco nuestra última etapa que nos conducirá ya a
casa.
Para empezar 15 km de dura subida, partiendo sin metros llanos
que nos permitan calentar, en frío, nos enfrentamos al puerto de La Ragua,
rampas que se inician dentro del mismo camping y donde se acusan los kilómetros
de los días anteriores.
Durante esta subida, una nueva avería, una biela que se afloja y
hace que sea imposible el pedaleo. Reparación que realizamos y que permite
continuar con la ascensión a Alejandro Álvarez.
Llegamos al puerto de La Ragua, con sus 2000 m sobre el nivel
del mar, lugar donde se agrupará todo el pelotón ciclista y realizaremos el
primer avituallamiento del día: plátanos, barrita energética y vaso de leche
con cacao.
De nuevo, 15 km, pero en este caso de descenso, por la vertiente
norte de la sierra, que nos llevará hasta el pueblo de La Calahorra.
Tras comprar un exquisito pan en esta localidad para el almuerzo
continuamos ruta, pasando por los pueblos de Alquife (donde vemos los restos
del poblado, de aspecto fantasmal, en las minas del mismo nombre), Lanteira y
Jérez del Marquesado. Aquí tomamos un desvío hacia el cercano pueblo de
Cogollos de Guadix, con su singular torre de la iglesia.
De ahí, por una estrecha carreterita, pasando junto a unas
canteras de arena, en un continuo sube y baja, llegamos en torno a las dos de
tarde y tras unos 55 kilómetros al bonito pueblo de Lugros, donde en su plaza
montaremos nuestro “campamento” para almorzar. Bocata de jamón unos, de paté
otros, y exquisito melón de postre.
A la salida de este pueblo tomamos un carril de tierra que nos
conduce, sin perdida alguna (recortando considerablemente el kilometraje
comparándolo con la opción de haber continuado por la carretera), a La Peza.
Aquí comienza el segundo puerto de montaña de la jornada, de
unos 9 km, de menor dureza sus rampas. Aun así realizamos una breve parada en
el área recreativa de La Fuente de la Gitana.
Ya en el puerto de Blancares, un nuevo avituallamiento, de
sandía (hemos tenido la suerte de que toda la fruta ha salido exquisita,
sandias, melones, plátanos, peras y manzanas) y un trozo de torta.
Foto de grupo y a partir de aquí un largo descenso de regreso a
casa, con parada en el embalse de Quentar, que está prácticamente al 100% de su
capacidad.
Unos minutos antes de las 8 de la tarde llegamos a nuestro
colegio, donde todos los integrantes de este grupo nos felicitamos mutuamente
por haber superado esta prueba tan gratamente.
Ahora toca descansar y recordar estos buenos momentos
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